La flor de las nieves y las fragancias de la nobleza
L as duras condiciones climáticas de los ecosistemas de montaña suponen un auténtico reto para la vida. Por ello, para los organismos que, como las plantas, no pueden desplazarse cuando las cosas se ponen feas, la única opción para sobrevivir ha sido adaptar su morfología y metabolismo al frío, la alta radiación solar, y el viento que gobiernan los ecosistemas alpinos. Muchas de las plantas que allí habitan, a pesar de ser auténticas maravillas de la evolución, pasan desapercibidas al ojo inexperto por su reducido tamaño. Sin embargo, hay una de ellas que para muchos ostenta el título de la reina de la montaña. La flor de las nieves o edelweiss ( Leontopodium alpinum ) se ha adaptado a las duras condiciones de los prados calcáreos alpinos y subalpinos. Edelweiss creciendo entre rocas calizas en el circo de Armeña, Huesca. No, las plantas no entienden de jerarquías sociales, pero para nuestros ojos de humano esta planta siempre ha tenido aires de nobleza. No son pocas las